Si la Esfinge, en vez de proponer un enigma a los viajes que se dirigían a Tebas, se hubiera contentado con devorarlos, ¿Habría cambiado el mundo?
Sin ninguna duda. Ciertamente,para avanzar todos necesitamos hacernos presuntas y un poco de incertidumbre, pero también singularidad y sorpresa. Aunque a lo largo de la historia algunos enigmas hayan quedado irresolutos, todos los que recogemos en este blog o proponemos en nuestro restaurante de misterio tienen una solución.
La respuesta no es lo más importante, y sí lo es el recorrido para llegar hasta ella, camino que puede variar, según la perspicacia, la cultura, la imaginación y la personalidad de cada uno. Sólo hay un método universal para salir del apuro que supone un acertijo: apartarse de los caminos trillados usando la astucia y la sagacidad. Como sea que todo es susceptible de provocar sorpresa aquí encontrarás de todo.
Hay que tener siempre presente que el placer de resolver un enigma es proporcional a la dificultad inicial que suscita y que compartir, y que compartir la perplejidad no equivale necesariamente a librarse de ella. Evidentemente, buscar por uno mismo no significa en absoluto buscar en solitario… ven a pasar una noche con nosotros y no te arrepentirás.
Mucha suerte!