Este artículo forma parte de la sección curiosidades enigmáticas porque nunca viene mal eso de «nunca te acostarás sin saber una cosa más». Entre los objetos cotidianos que utilizamos sin pensar, pero que de no contar con ellos, la vida se nos complicaría, encontramos EL TENEDOR.
Corría el sigo XI y una princesa bizantina llamada Teodora necesitaba una herramienta para llevarse la comida a la boca sin mancharse. Este utensilio, el primero, se cree que fué fabricado en oro puro, muy parecido a un pincho. Y al principio costó normalizar su uso, la Iglesia lo consideró un instrumento diabólico. Y es que muchos fueron los habilidosos que emplearon el tenedor para pinchar lenguas, sacar ojos y demás artes malignas. Más tarde, con Enrique III el instrumento se remodeló y ya tenía 2 pinchos y un mango más amplio. Como el rey Enrique III tenía fama de ser un poco lili, el objeto se consideró cursi. En España con Felipe III se generaliza su uso.
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