Los Reyes Magos de Oriente es el nombre por el que se conoce a las tres ilustres autoridades que fueron a ver al niño Jesús cuando nació en Nazaret. Llegaron de países muy lejanos y le llevaron como regalo por el nacimiento: oro, incienso y mirra.
Realmente no se saben sus nombres, ni siquiera que fueran tres. Se habla de que eran magos o reyes. Con los años se les pusieron los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar y fueron conocidos como los Reyes Magos.
Según la religión católica, estos Reyes Magos eran representantes de otras religiones, que querían ver al que se conocía como el “Rey de los judíos”.
En muchos países, casi todos de habla castellana, existe la tradición de representar a los Reyes Magos llevando los regalos a los niños, que se han portado bien, la noche anterior a la Epifanía.
También se dice que al venir de países tan lejanos, y no contar con medios como los actuales, a los Reyes Magos les fue guiando una estrella hasta el portal donde se encontraba el pesebre.
Otras tradiciones antiguas dicen que los reyes Magos tenían vínculos familiares con el niño Jesús, incluso que llegaron al portal acompañados con ejércitos de soldados. Se dice que uno venía de Persia, otro de Babilonia y un tercero de Asia.
Las versiones más actuales hablan de que Gaspar procedía de Europa, Melchor de Asía y Baltasar de África.
Sea como fuere en España se ha convertido en la noche más especial del año para todos los niños. Una noche mágica en la que los deseos se hacen realidad.
Cada niño escribe una carta a su Rey favorito, con los juguetes y regalitos que le gustan y también le cuenta si ha sido bueno y si se ha portado bien.
Los niños dejan debajo del árbol o del nacimiento un zapatito; y también agua para los camellos y un licorcito y turrones para que los tres Reyes Magos descansen y repongan fuerzas en una noche tan cansada en la que tienen que ir casa por casa dejando regalitos a todos los niños que se hayan portado bien durante el año.