El Triángulo de las Bermudas o Triangulo del Diablo es un enigma sobre el que se han hecho múltiples especulaciones y todavía no se ha logrado dar con una respuesta que esclarezca este misterioso secreto. Este triángulo ha sido y es, testigo de múltiples fenómenos sin explicación que han recorrido el mundo. Como su propio nombre indica, se trata de un espacio triangular comprendido entre la Península de Florida, la isla de Puerto Rico y el archipiélago de las Bermudas. Su denominación es bastante moderna, ya que se empleó por primera vez en 1964, aunque Cristóbal Colón ya hacía referencia a cuerpos extraños vistos en la zona como luces en el horizonte durante sus viajes por el mar Caribe.
A mediados del siglo XIXI la cifra de desapariciones era bastante extensa: 50 barcos y más de 20 aviones. Uno de los casos más significativos fue el del vuelo 19: cinco bombarderos estadounidenses abandonaron el aeropuerto de Fort Lauderdale en un vuelo de entrenamiento rutinario con buenas condiciones meteorológicas. Nunca más se supo de ellos ni del hidroavión que se envió para buscarlos.
También son numerosos los casos de barcos encontrados abandonados con la comida aún caliente en las mesas y aviones que desaparecen sin haber dado ninguna señal de socorro, y todo sin haber encontrado ningún resto.
Muchas son las teorías que tratan de esclarecer los hechos. Algunos científicos aseguran que la mayoría de las desapariciones han ocurrido fuera de los límites del triángulo y que la ausencia de cuerpos, aviones y barcos se debe a la profundidad de las aguas. Otros científicos alegan la existencia de un campo electromagnético proveniente de la Tierra que explicaría el mal funcionamiento de las brújulas y el instrumental de vuelo. Otras teorías menos científicas aseguras que las desapariciones se deben a la existencia de una base extraterrestre o la existencia de un agujero espacial/temporal abajo del cual existe una legendaria y antigua civilización de la Atlántida, sepultada bajo el mar y con tecnología mucho más avanzada que la nuestra y de la que ya Platón hizo constancia en algunos de sus escritos.
¿Tú que crees? ¿Te atreverías a pasar por ese enigmático triángulo?
Un comentario